25 de febrero de 2013
EL (VERDADERO) OBJETO DE LA OPERACIÓN PUERTO
Algunos medios de comunicación, dirigentes deportivos nacionales e internacionales, deportistas y ex-deportistas insisten en conocer la identidad de las personas que aparecen en los apuntes del Dr. Eufemiano Fuentes y que son los "titulares" de las célebres bolsas de sangre y plasma. No se explican cómo en un juicio como el que nos ocupa no se sepa, no importe, la identidad de los clientes del principal encausado. Es sencillo; no se está enjuciando un delito de dopaje (inexistente cuando se produjeron las detenciones y registros) sino un delito contra la salud pública, por lo que los culpables sólo pueden ser quienes administraban medicamentos o sustancias poniendo en riesgo la salud de terceros, siendo irrelevante si con ello obtenían o no mejores marcas deportivas. Es como si para condenar a un vendedor de droga detenido con el alijo en su domicilio se exigiera obtener y difundir la lista de sus clientes; su identidad es irrelevante y la adquisición no constituye delito, por lo que sencillamente no procede, salvo que exista una razón justificada.
Cuando culmine el procedimiento penal, S.Sª decidirá si se facilitan (o no) los datos y pruebas a efectos de posibles infracciones administrativas de dopaje (sanciones deportivas). El problema es que dichas pruebas se obtuvieron mediante órdenes judiciales que amparaban intervenciones telefónicas y registros en domicilio, utilizables en procedimientos penales pero absolutamente inviables (por desproporcionadas) para justificar procedimientos meramente sancionadores. Es lo que hay. Sinceramente, no creo que el órgano penal facilite las identidades o las pruebas a efectos disciplinarios deportivos, al menos de manera masiva, toda vez que generaría en los afectados una presunción de culpabilidad en materia de dopaje con un impacto mediático insalvable, una consecuencia demasiado peligrosa en términos de garantías procesales y personales.
La instauración de los nuevos delitos de dopaje y de corrupción deportiva amparan ahora posibles actuaciones probatorias inviables hasta entonces. Echando la vista atrás, se echa en falta que se hubiera hecho mucho antes. Habríamos conocido "la lista de Eufemiano" y lo que pasó en la Segunda División A hace varias temporadas. Y posiblemente algunas cosas más. E incluso se hubiera podido actuar judicialmente sobre el particular.