Este año, los avatares de la competición nos han traído una final madrileña que se disputará en Madrid y en el Bernabéu, como era lo sensato. No habrá aprovechamiento político de la expectación mediática del evento. No se silbará el himno nacional y es previsible que tampoco haya ninguna protesta hacia S.M. El Rey, aunque el "caso" Urdangarín puede dar pie a alguna salida de tono. No habrá polémica al respecto.
Precisamente por ello es el momento de plantear, sin la presión de los hechos recientes, la reforma de la legislación antiviolencia para evitar que sucesos como los que todos tenemos en mente puedan volver a suceder. Ni en la Copa del Rey ni en la Liga o en amistosos. Ni en Madrid, ni en Barcelona, Valencia, Bilbao o donde sea. NO AL APROVECHAMIENTO POLÍTICO DE LA EXPECTACIÓN MEDIÁTICA DEL DEPORTE. Sea en el sentido que sea. Me da igual.
Al campo se va a ver el partido y animar al equipo, por sus colores. No atendiendo a hipotéticas representatividades territoriales o políticas, nacionales/independentistas o de derecha/izquierda. Y los aficionados "normales" debemos exigir que así sea. Lo contrario es germen de otras cosas que luego suceden... A poner el cascabel al gato...