Giovani Dos Santos es un futbolista profesional. Vive del fútbol. Y vive del fútbol porque le paga un club, en este caso el RCD Mallorca SAD. No le paga FIFA. Ni su Federación. Si no estuviera en el Mallorca posiblemente no fuera internacional. Y, en cualquier caso, si viviera de lo que le pagara su Federación no sería profesional. Hasta aquí, todo claro.
Su Federación tiene una selección nacional, como todas. Disputa partidos oficiales y amistosos, como todas. Dichos partidos en ocasiones interfieren sus obligaciones laborales, dado que si bien cuando juega España la liga se detiene, no existe una coordinación absoluta a nivel mundial en la materia, aunque se ha avanzado mucho en los últimos tiempos. Y a ello hay que añadir los viajes. Es decir, que el hecho de que Giovani juegue con su selección le cuesta al Mallorca prescindir de sus servicios.
Pues bien: resulta que FIFA programa un partido oficial en una fecha reservada para partidos amistosos, cuyo régimen de incorporación es más flexible. Y pretende aplicar las reglas de los partidos oficiales (vamos, que el calendario mundial es más falso que un billete de tres euros). A lo que se suma que este despropósito, durante la Liga, es doloroso y perjudicial, pero planteado en la última jornada de competición, donde el RCD Mallorca SAD se juega la vida, es sencillamente inadmisible.
La LFP ha apoyado al club mallorquín, porque le asiste la razón (recordemos que hay otros tres equipos beneficiados por el hecho de que el Mallorca juegue debilitado, pero esto sólo tiene una dirección). La RFEF se encuentra en el brete de defender a los suyos contraviniendo las decisiones de "papá" FIFA, lo cual es complicado y sería ir contra sí misma. El Valladolid dice que si se alinea el jugador lo denunciará por alineación indebida (y digo yo, ¿qué le importará al Valladolid el asunto?). FIFA amenaza con castigar al club si alinea a Giovani Dos Santos... Los otros tres equipos implicados en descenso, expectantes...
¿Estamos todos locos? Al final llegaremos a ver una Champions League, una Eurocopa y un Mundial organizados por las Ligas Profesionales a nivel internacional privado, siguiendo un calendario riguroso sin incompatibilidades y unas condiciones de liberación de los deportistas razonables y debidamente retribuidas. FIFA está cavando su propia fosa. Al tiempo. Ya tenemos el ejemplo del baloncesto.